Veinte.

No soporto estar a tu lado, y poner la magnífica sonrisa de plástico, que tengo que ensayar horas y horas en casa. No soporto verte al lado de otras, porque ahora veo que me tratas como a una de ellas, que ya no tengo preferencia. No soporto que me hables sin previamente darme un beso. No soporto ver como te alejas y que simplemente me saques la lengua, como mi vecino el de enfrente. No soporto que me pregunten por ti y no poder romper a llorar. No soporto saber que te preguntan por mi, y que deseas que te pregunten por otras. No soporto saber que día es hoy y no pasarlo contigo. No soporto que llegue el verano y que no vayas a ser tu el que me eche la cremita en la espalda. No, no lo soporto!

Pato.

Sé que me caeré mil veces al suelo, pero me levantaré mil y una.

Para ti.

Continuar, si esa es la palabra, quiero continuar y seguir adelante, a mi todavía me quedan unas ganas infinitas de continuar, tengo muchísimas fuerzas, tengo fuerza para mi, y tengo la fuerza que a ti te falta. Me sobran te quieros para ofrecerte, para regalarte, para susurrarte cada noche al oído, aun tengo ganas de acariciarte la espalda a altas horas de la mañana, de cerrar los ojos y despertarme a tu lado. Todavía me queda una cifra interminable de besos solo para ti, y todos los abrazos que te apetecieran en cada instante. 

Explícame si puedes donde guardo yo todo lo nombrado, porque yo solita no me puedo quedar con ello, y no me viene la gana de dárselo a otra persona que no seas tu. . .