En momentos como este, a altas horas de la noche, o de la mañana, depende como lo mires.. Después de haber estado ocho horas con unos tacones infernales, un par de amigas de antro en antro y a dos metros de él, es cuando te preguntas el por qué sigues manteniendo esos nervios y aquella inquietud como al principio.. Creías o al menos eso pensabas que las cosquillitas en la tripa desaparecieron y que todo estaba aceptado, y que su olor ya no traería ningún recuerdo. Pero también te repites una y otra vez por qué no te quitaba el ojo de encima, aunque probablemente fueran ilusiones tuyas. Con todas estas intrigas te descalzas te tiras literalmente en la cama y una vez más te acuestas recordando.
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