El llanto te ahoga, tu refugio está entre las sabanas y nadie te escucha. No hay comprensión no te queda intimidad, no sabes como afrontar las decisiones y te aferras al silencio. Notan que tu comportamiento es diferente pero nadie se dirige a ti a preguntarte un por qué, al fin eso es lo de menos porque tampoco piensas dar falsas explicaciones. Sigue buscando el camino mas sencillo para salir de este trayecto que se ve tan oscuro, buscas como todo ser humano en lo que habitualmente te daba la calma y te sorprende que todo aquello no apacigua nada, te atreverías a decir que incluso lo contrario. Solo queda esperar e inyectarte la paciencia, mientras las lagrimas secan.
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