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domingo, 14 de agosto de 2011


El sol salió, pero permanecían a oscuras. El cuarto marcaba el doble de la temperatura habitual, su piel sin tacto, su pelo se electrizó solo con rozar sus labios, perdió los nervios, perdió el control, fue así, mientras una descarga de adrenalina, se lanzó al placer de la locura.

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