Otra vez vuelvo a sentir esa sensación, la sensación de perder una parte de mi, es testarudo y cabezota como él solo, y se que muchas de las cosas que suelta por su boca no las dice desde el corazón, es adorable, si ese es el calificativo que yo le asigno. Aunque los demás digan que no les da buena espina, que es un niño sin cabeza y que no me traerá nada bueno, sé que no es así, porque sus ojitos solo desprenden cariño. Odio sus reacciones al igual que sus contestaciones, pero sino las entiendo yo quien sino lo hará, a veces le estrangularía pero es él quien sabe de mi vida y de mis sentimientos, quien sin mencionar ni una sola palabra, me ayudó en cualquier momento, es suyo el hombro en el que he llorado repetidas veces y es a él a quien le dio todo igual en su momento y dejó todo para apoyarme a mi y solo a mi. Es por eso y mucho más que me siento en la obligación de cuidarle como si de un hermano pequeño se tratase, y a quien quiero ver sonreir por el resto de sus días. Sabe mejor que nadie, que pase lo que pase escucharé sus palabras hasta quedarme dormida, porque para eso estamos las amigas.